lunes, 3 de enero de 2011

Feliz 2011 a todos.

Con el año que comienza, quiero en primer lugar desear a todos los lectores del presente un Feliz y Prospero año 2011. Un nuevo año trae consigo nuevos retos, nuevas ilusiones y proyectos, y alguna que otra pequeña meta por conquistar, por ese motivo quisiera retomar esta vía para ir informando de forma permanente sobre el contenido de esos retos, esos proyectos deportivos, viajeros, sobre alguna que otra anécdota que vaya surgiendo, para recordar en alguna que otra ocasión nuestras historias, puesto que éste blog va dirigido a mis amigos, para ellos escribo y también sobre ellos, asimismo para rememorar las tradiciones legendarias que en este grupo de amigos todavía persisten.
El hilo conductor del blog será el triatlón, el deporte que me tiene enganchado en estos momentos y al que dedico gran parte de mi tiempo, desde que hace un par de años y después de una larga lesión en una rodilla, comencé a entrenar de forma asídua, mi gran y casi único objetivo a largo plazo era finalizar un triatlón Ironman, y actualmente sigo quemando etapas de cara a conseguirlo, debo agradecer a mi fisio Iván Bennasar, el gran trabajo que ha hecho y sigue haciendo conmigo.
Pero para comenzar el año, hay que finalizar el anterior, y como bien es conocido por todos, no se puede finalizar el año sin pasar previamente por las aguas de Razo, para agradecer a la Madre Naturaleza, todo lo que nos ha brindado en el año que termina y pedir sus favores para el nuevo año, que nos permita disfrutar de sus entrañas sin grandes sobresaltos y comunicar que allí estaremos cada fin de año, mientras las fuerzas lo permitan.
Y allí nos presentamos, como cada día 31 de diciembre, desde fechas inmemoriales, a la hora señalada, es decir, entrada la noche y después de degustar unos buenos caldos de la cosecha Riojana, seis intrepidos individuos, para sumergirnos durante unos instantes en las fauces del Océano, tal y como nuestras madres nos trajeron al mundo, en señal de gratitud al Gran Azul. 



En esta ocasión la Tradición Milenaria comenzó con una rápida carrera de los seis miembros, hacia las frías y tránquilas aguas de la Explanada, en la inigualable playa de Razo, para a continuación y sin más preámbulos zambullirse como delfines en las olas que arreciaban en la playa, prosiguiendo con un rápida sesión fotográfica y regresar en veloz carrera al vehículo y al calor de una toalla, que era lo único que había para secarse y calentarse.


Los componentes más veteranos de esta Tradición queremos agradecer la presencia masiva de participantes que año tras año va superando nuestras mejores previsiones, e insistir para que esta iniciativa no decaiga o sea prohibida por éste nuestro gobierno, desde aquí mis mejores deseos para todos, e igual el próximo año vista la gran demanda existente en la participación de este acontecimiento, habrá que publicarlo en fecha y hora a través del B.O.E., las redes sociales, e incluso un Bando Municipal. Un saludo.

P.D. Esta Tradición no deja de estar relacionada con el Triatlón, Correr-Nadar-Correr.



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